Mi Bien Amada:
Hoy te escribo desde los agujeros de este campo sangriento. Es el tercer día de esta ardua y monótona batalla, en donde el único precio son cabezas y la única triunfante es la muerte. Hoy medio batallón ha muerto en este cementerio sobre el suelo deshabitado, y mi pierna ya envejece más rápido de lo estimado. Extraño tu perfume, y los olores y sabores que al pasar de este duro año, ya he olvidado. No recuerdo el color del pasto ni como se sentía al caminar descalzo sobre él, tampoco recuerdo el olor de una tela nueva, y tu rostro ha perdido sus facciones, como si fuera solo una imagen borrosa que ha perdido con el tiempo su nitidez. Te extraño tanto, quiero abrazarte tanto y tener de nuevo ese último beso que nos dimos, con tanta pasión pero tan ingenuo de lo que me depararía el futuro; te abrazaría tanto que te rompería los huesos, y recobraría todas las fuerzas que me faltan... con solo un beso y un abrazo. Espero que tres años más pasen rápido, y que el paso de las horas deje de tener el mismo peso... de un suspiro.
Natalia Noerr P.
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